Interpretando a la agente Amanda Rojas en “Fugitivas en busca de la libertad”, Edza Ramírez reveló detalles interesantes sobre su personaje

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Por Mino D’Blanc

Edza Ramírez da vida a la detective policíaca Amanda Rojas en la exitosa telenovela “Fugitivas en busca de la libertad”, producción de la reconocida y talentosa Lucero Suárez y de Ángel Villaverde.

Platicamos con la actriz gracias a las finas atenciones de la licenciada Rocío Rangel, de TelevisaUnivision.

MD’B: Das vida a un agente de la policía. ¿Cuál es tu mayor reto como actriz para encarnar a un personaje?

ER: Yo creo que el reto se divide en dos|: en lo físico, de que sea creíble, todas mis escenas tengo una pistola colgada acá al lado; entonces el reto para mí era cómo se porta esa arma, cómo se trabaja en una fiscalía porque somos policías de investigación, entonces somos personas que estamos vestidos de civiles y cuando se arma el tiroteo también estar listos; es un área de la policía muy preparada en ese aspecto. Eso era el reto principal, lo físico. Y después en lo emocional era esta cosa masculina que yo tenía que desarrollar porque estoy rodeada de puros hombres y mi personaje no estaba dibujado para ser la secretaria tiernita que les trae muffins; no, realmente soy de las más capaces, porque aquí el personaje de Arturo Carmona es un asqueroso, lo hace todo mal, se equivoca. El fiscal también anda enamorado de la prófuga, se le van algunas cabras, mi papá se enamora del personaje de Erika Buenfil, entonces yo soy la que mantiene un poco a veces la cordura y entonces creo que el reto era ese, tener autoridad entre hombres y no irme al cliché de ser la marimacha. Ya veremos si me salió o no, pero ese era un poco el reto.

MD’B: ¿El personaje que al que tú le das vida es un ejemplo no solo para las mujeres, sino también para los hombres, del empoderamiento de la mujer en instituciones como la policía, la milicia o todas las instancias de seguridad de un país como el nuestro?

ER: Es extraordinario porque mira: yo cuando fui a hacer las entrevistas a los policías de investigación, claro que hay mujeres en dicha instancia y son extremadamente femeninas, traen uñas, se maquillan, porque yo decía “no quiero ser cliché, que me maquillen”, no al contrario, ellas estaban más maquilladas que yo y me decían los hombres que ellas son las más entronas. Claro,, por la necesidad al estar entre puro hombre y ellas sí se enfrentan a situaciones de peligro; lo mío es ficción, pero ellas tienen que dejar a sus hijos encargados e ir a balacear, ir a defender, entonces esas mujeres fueron mucho de mi inspiración de sacar la garra, porque yo la verdad desconocía toda esta parte de la fiscalía de México de cómo se manejaba el porcentaje de mujeres y me narraron varias situaciones de cómo iban a parar un narco menudeo, una bodega y las mujeres van por delante, y las mujeres se les ponen al tú por tú a estos tipos y físicamente las entrenan. Entonces sí fue muy lindo descubrir que en México a lo mejor vamos más lento que en otros países, pero sí hay esa apertura a las mujeres que quieran trabajar en esto.

MD’B: De acuerdo a lo que aprendiste, ¿te encantó o te decepcionó el sistema?

ER: Me encantó en el sentido de que vi tanta gente que realmente tiene la vocación de servicio, porque yo les preguntaba “¿por qué te hiciste policía?” y muchas me contestaban “no hay de otra”, “porque no tengo para subsistir”, pero había una gran parte de la gente que decía “porque yo quiero ayudar, porque yo quiero servir, porque quiero atrapar a los malos”, por decirlo de alguna manera muy básica; eso me encantó. Lo que sí me decepcionó es cómo este país no apoya, no hay dinero o si lo hay está corrompido, no llega a donde tiene que llegar. No hay armas suficientes, no hay cartuchos suficientes, no hay gasolina para las patrullas, el entrenamiento es pobrísimo, los entrenan cuatro meses, los sacan, son tres mil quinientos policías de investigación para toda la Ciudad de México y que se encargan de todo: homicidios, narco menudeo, violaciones, tres mil quinientas personas para esta metrópoli gigante, entonces eso fue muy decepcionante y a la vez te crea empatía, porque si tú ves una persona que quiere hacer las cosas bien, que está poniendo horas extras, porque se quedan horas y horas cuando hay casos y no reciben el apoyo que deben de recibir, no hay más que abrazarlos y decirles “gracias, hacen lo que pueden”, y hay muchos obviamente corruptos, pero me refiero a esta gente que tiene el corazón de ser buen policía, entonces para mí fue muy lindo ver esa parte y a la vez preocupante y ese sentido de “tenemos que hablar y tenemos que poner allá afuera que no es todo tan bonito y es parte del problema”.

MD’B: ¿En qué te pareces y en qué no te pareces a tu personaje?

ER: Yo creo que me parezco mucho en la impulsividad, desgraciadamente.

MD’B: O afortunadamente…

ER: Ay, a veces me juega en contra…

MD’B: Eres ejemplo como mujer.

ER: Eso sí, sí eso tiene una parte bonita.

MD’B: Y como actriz tú sabes que a veces el sistema es muy corrupto en muchas cosas. Eres ejemplo.

ER: Tienes toda la razón, tiene un grado muy positivo la impulsividad, pero sí creo que esa parte de Amanda a ella le juega en contra muchas veces porque en la necesidad de mostrarle a la gente que es capaz y puede, a veces hace las cosas un poco mal. En lo que no nos parecemos es en que es media tóxica con el galán, como que sí se le van las cabras y se pone medio loca y creo que yo no; pregúntale a mi novio (ríe).

MD’B: ¿Qué le aprendes a Amanda?

ER: Uy, muchísimo. Primero la disciplina, Amanda es una persona que tiene disciplina en todo; llega a tal hora, no tiene vida social, entonces todo es trabajo y creo que aunque sí hay que tener vida social, sí me viene a traer una disciplina como actriz que puedo aplicar de una manera maravillosa de llegar estudiada, tener mis textos, todo. También le aprendo a Amanda esta capacidad de mostrarse fuerte que creo que como mujer muchas veces que hasta dónde no quiero ser la problemática, también Amanda me ha enseñado a tener más voz, a salir, a sacar el pecho, de decir “acá esto no está bien”, desde ese lugar, no de hacer problemas, sino desde hablar de tus derechos. Tipo esta mensada, que hace un ratito en una entrevista dije “perdóname, tengo que ir por agua”, te juro que antes no me hubiera animado, porque dices “pues ya, estás en el trabajo y ni modo”, ese tipo de cosas mensas que para un hombre u otras personas pueden decir “no pasa nada”, sí necesitaba de mi personalidad y al menos animarme de decir “límites: en este momento necesito agua y luego seguimos”, cositas así creo.

MD’B: ¿Qué tanta participación tiene tu personaje en la telenovela

ER: El cien por ciento porque comienzo la telenovela siendo novia del personaje de Arap que es el protagonista. Toda la novela estamos tras ellas junto con la fiscalía y al final me quedo con otro, no te voy a decir con quién, pero al final hay tengo.

MD’B: ¿Qué tanto cambia tu personaje el arco dramático de la historia?

ER: Yo creo que fue un cambio muy bonito y muy sutil, porque va durante toda la telenovela ella cambiando, primero entendiendo el amor propio que ella se debe de tener porque está en una relación muy tóxica, el segundo es que se dio cuenta lo importante que ella es para la fiscalía; esta inseguridad que ella tenía de estar mostrando, casi todas a las que atrapan es gracias a Amanda, entonces también al final está como mucho más parada, como mujer más decidida y por último también una cuestión de separarse del trabajo que creo que es una de las tomas importantes. Ella está tan metida, pero al final de la historia ella empieza a entender que esa es una parte de su trabajo y no es una entidad y no solo lo que ella es, que eso es también muy importante para Amanda.

MD’B: ¿Hubo una autocensura en ti a la hora de crear el personaje de Amanda?

ER: Definitivamente había ciertos momentos de decir “¡qué responsabilidad tener este personaje!” y a la vez hay un guion, entonces también tu rango de poder proponer es muy limitado la verdad.

MD’B: ¿Qué tanto cambia lo que está escrito en el guion en relación a tu personaje al personaje al que le das vida?

ER: A nivel palabras nada porque a Lucero Suárez siempre le gusta que no cambies nada. Creo que lo que le puedes dar son sutilezas y creo que es ahí a donde cada uno de nosotros nos eligieron porque ya en nuestra personalidad había algo que Lucero vio y le imprime, pero sí creo que en los ensayos ahí donde a lo mejor podía haber más espacio de juego con los directores que son maravillosos, de “¿Amanda qué haría aquí qué no haría? ¿Por qué la está diciendo?”, que también es parte de actuar y eso es tan hermoso. Los ensayos para mí son igual de importantes que la grabación. De hecho, me encantaría tener más ensayos, porque ahí es donde empiezas a decir “¿quién soy? ¿por qué lo estoy haciendo así?”. No es lo mismo ensayar en tu casa sola a cuando ya tiene a que Évora enfrente, la posición, lo que a donde tú quieres que llegue aquí, por qué voy a llegar.

MD’B: ¿Por qué el público tiene que ver esta telenovela?

ER: Creo que nosotros hacemos entretenimiento, ese es el punto principal, pero dentro de este entretenimiento que les estamos dando creo que hay muchas lecciones de empatía que nos falta mucho en esta sociedad en este momento. A todos nos falta creo que ser más empáticos. Estamos en esta sociedad del “yo… yo… yo… yo…” y creo que “Fugitivas” los invita a eso. Más allá de que se van a divertir, van a llorar, van a reír, sí hay una reflexión de decir “bueno, no sí lo que está pasando el otro en esta vida y hay que ser más empáticos”.

MD’B: ¿Qué más viene en tu vida en esta segunda parte del año?

ER: Estoy ya en pláticas tocando puertas, otros productores. Espero ahora que ya está “Fugitivas” al aire sea como un parteaguas o un punto importante para mi carrera, pero a seguir actuando, no lo quiero soltar y a seguir en esta empresa que me encanta que es Televisa.

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