El ambiente tenso domina toda la escena cuando Rodrigo y Amelia se enfrentan. Cada palabra que pronuncian es como un cuchillo que hiere al espectador. La duda, la ira y la desesperación se entrelazan, creando un cuadro vibrante de las luchas subterráneas en la familia.

Rodrigo y Amelia se enfrentan en una acalorada discusión.

La sospecha de que Eduarda ha mentido sobre el dinero ganado en la lotería ha llevado la relación entre ambos al borde del abismo. Amelia, con una expresión de desconcierto e ira, no puede creer que la cuñada en la que confiaba pueda engañarla de esa manera.

Mientras tanto, Rodrigo se muestra decidido y firme en proteger a Eduarda, a pesar de la oposición de Amelia.

El diálogo entre ellos es como una obra de teatro llena de dramatismo, revelando los conflictos profundos en la familia y manteniendo al espectador en vilo, esperando el próximo desarrollo.