Natanael Cano es de Hermosillo, Sonora, tiene 19 años y está arrasando en la industria musical latinoamericana. En 2020 fue el único exponente mexicano en formar parte del Top 10 Artistas Latinos de Billboard, al lado de nombres ya consolidados como Bad Bunny, J Balvin, Ozuna, Anuel AA, Sech, Maluma, Karol G, Romeo Santos y Myke Towers.
Junto con los también jóvenes artistas Junior H y Ovi, el pasado diciembre lanzó el disco Las 3 torres, que cuenta con las colaboraciones de Ñengo Flow, CNG, Snow Tha Product y el propio Snoop Dogg. La triada Junior-Ovi-Nata está firmada con Rancho Humilde, un sello discográfico fundado en enero de 2008 por los socios JB, Roque y Jimmy Humilde.
Jimmy es chicano. Sus padres son mexicanos y desde Jacona, Michoacán, emigraron junto con seis hijos a Estados Unidos. A él le tocó nacer, crecer, y madurar allí. Es por eso que tiene una conexión musical con ambas culturas: la estadounidense y la mexicana. Ha estado en el negocio de la música desde que tiene 14 años y con Rancho Humilde mezcla culturas, derriba barreras geográficas y de idiomas y, por lo tanto, trae innovación a una industria difícil de sorprender.
“Sentí que la música regional mexicana se estaba hundiendo, por parte de los programadores de radio y de televisión, de las noticias de las revistas, ya no era música nueva la que estaban sacando, seguían hablando de lo mismo”, comparte en entrevista para VICE. “La juventud mexicana y la americana (chicana) de aquí de Estados Unidos, ya no es primera generación, estamos hablando de una segunda, tercera, cuarta generación. Ellos ya están perdidos con la música del rancho, no saben lo que es ir al pueblo a echar dama con una mujer, a llevarle flores, a caminar por la plaza, quebrarle huevos en la cabeza y decirle que ‘la quieres’ de esa forma, no saben lo que es eso. Entonces cuando escuchan una canción que dice ‘sentado en una piedra en mi rancho tomando con mis compas’, no se pueden identificar”.
Jimmy Humilde. Cortesía: The 3 Collective.
En búsqueda de darle música con la cual identificarse tanto al público mexicano como al chicano, e incluso a él mismo, buscó sonidos que los definieran. “El hip-hop es el hip-hop, es de la gente afroamericana; el rock es de los gabachos, pa’ que nos hacemos el loco; nosotros no teníamos un sonido representativo y actual como tal. Por eso tomé la iniciativa de decir ‘¿sabes qué? ocupamos hacer un género’, y combiné la música regional mexicana y el hip-hop. Así nació el regional urbano”.
Con su conocimiento de que los intereses generacionales cambian y sumando a talento joven como Natanael Cano, Junior H y Ovi, Jimmy encontró un mercado sediento de reconectarse con sus raíces mexicanas desde una perspectiva fresca. El resultado no solo rindió frutos en México y en Estados Unidos, sino que tomó relevancia en lugares inesperados. “Llamamos la atención de Bad Bunny. Nosotros no lo buscamos, él mismo llegó porque se identificó con el tipo de música, aunque fuera mexicana. De hecho no creía que lo fuera, nos lo dijo cuando llegó a hacer la canción con Nata”, cuenta.
“Soy El Diablo – Remix”, la colaboración entre el Conejo Malo y el Nata, salió en octubre de 2019. De ese momento a la fecha, el joven sonorense no ha dejado de subir en la pirámide musical. Según datos de la revista Rolling Stone, en el 2020 con el lanzamiento de 76 canciones (derivadas de sus álbumes Las 3 torres, Soy el Nata, Trap tumbado y Corridos tumbados vol. II), Natanael Cano se colocó como el quinto artista latino más escuchado en Estados Unidos con 705.9 millones de reproducciones.
Para un joven que todavía no celebra su 20 aniversario de vida (nació el primero de mayo de 2001) y con menos de dos años de carrera comercial, estas cifras pueden ser avasallantes y dignas de hacerle perder el piso. Desde la intimidad de su habitación y preguntándome antes de iniciar la entrevista que si puede fumar, se le percibe honesto y sencillo. “Me la llevo bien calmado, no me alucino en mi trabajo, no me creo nadie, ¿me entiendes? Simplemente lo hago por gusto, hago mis canciones por amor y así seguirá siendo”. Eso responde cuando le pregunto por su lugar en el Top 10 latino de Billboard 2020. Aunque Nata sabe que es importante destacar en los charts y permanecer en tendencia, encuentra otra forma de medir su éxito, una que no muchos artistas se atreven a mencionar.
Natanael Cano. Cortesía: The 3 Collective.
“El éxito lo puedo medir en las visualizaciones y los streamings que hay en una canción, sí. Pero lo que he logrado hasta ahorita, hablando de dinero y de lo económico, es realmente el éxito para mí. El éxito siempre será el dinero, no tener un Billboard ni cosas así; eso es muy importante, pero no es lo que en mi mente defino como éxito, son cosas que vienen en el camino”, asegura.
Para muchas personas, el hablar del dinero como éxito puede ser sinónimo de arrogancia, incluso de inmadurez, pero el tema es recurrente en la música de un Natanael que no tiene tapujos en expresarlo. Y podrán decir muchas cosas de él, pero jamás que no sea honesto y real. “Hay quienes están acostumbrados a la mentira porque en redes sociales los artistas se muestran como en una movie, ¿me entiendes? Si es una movie, para empezar, nada de lo que ve la gente es real. La movie que tenemos los artistas es parte de nuestro trabajo, por eso creo que no les gusta ver la verdad”, comenta.
Tocando temas como el dinero, la calle, el hustle, los sueños, el amor, la juventud y el trabajo duro, en sus composiciones Nata le habla a esa gente a la que Jimmy le quería llegar. “Tenemos un año aquí en Rancho Humilde, un año pasadito, casi dos, y nos ha ido muy bien. Creo que el sello rompió una barrera bien grande que había entre la música que hacía la gente mexicana-mexicana y la música que hacen los chicanos. El Jimmy rompió eso, unió la música de México y la de los chicanos y la volvió una misma. Por mí parte, yo uní el mexicano con el urbano”.
La fórmula del regional urbano ha funcionado: mucha gente le está entrando a los corridos por el trap y al trap por los corridos. Le guste a quien le guste, los bautizados como “corridos tumbados” llegaron para quedarse. “La gente tiene que escuchar corridos tumbados, tienen que escuchar trap tumbado, eso es lo más duro que va a haber y es lo que traemos nosotros”, dice Nata. Con confianza en la bandera del regional urbano y el trap tumbado, Natanael tiene un objetivo futuro muy bien trazado: “Necesito llegar a ser el número uno. Ya lo fui en mi categoría y en mi rango, y me siento como el número 1, pero me falta para serlo en el mundo. Ese momento tiene que llegar, sé que llegará cuando yo quiera, cuando me ponga a trabajar al 200%. Ahorita estoy al 100% y todavía siento que no es suficiente”.
Natanael Cano. Cortesía: The 3 Collective.
Consciente de que el público ha probado diferentes géneros musicales, Nata insiste en que en cuanto le meta el turbo a su trabajo alcanzará la meta de ser el número 1 y de establecer los corridos como el timbre musical de México. “La gente ya probó el reggaetón, ya probó el trap, y ya está probando los corridos, aunque poquito, eh, porque yo no les he dado todo. Les he estado dando más trap que corridos pero vendrá el momento cuando les de puros corrido. Le di a mi público las dos opciones, o sea, ‘prueben las dos, quédense con una’, y sé que todo mundo se quedará con los corridos, esa es la meta que tengo. Ya les dimos a probar pero tienen que aceptar y creerse que esto es lo mejor que hay”. Por su lado, para consolidar el género, dice que sacará mejores producciones, grabaciones, mezclas, masters, y todo tendrá mayor calidad. “El disco que saque en 2021 será el que me ponga como número 1 mundial. ¿De cuántas canciones? No sé, de 15, de 20, de 30, pero las 30 tendrán un sonido único”.
No es improbable que Nata alcance lo que quiere este año. Entre su talento y las alianzas de Rancho Humilde, está a un paso de lograrlo. Sobre todo, porque en octubre de 2020 el sello comenzó a trabajar la distribución de sus artistas con la disquera multinacional Warner Music Latin. “Cuando me decidí a unirme con ellos fue porque miraba que no estaban llenos de todo lo regional, pero sabía lo que estaban haciendo en el lado urbano. Yo no quería una compañía que hacía lo regional porque me iban a meter con la radio, con la televisión y nosotros no sonamos en radio ni nos interesa, no sonamos en la televisión ni nos interesa, nos interesa lo que estamos haciendo con plataformas que la gente sí está viendo, que sí está escuchando y que sí está dando la noticia de verdad. La unión con Warner siempre fue esa de identificarnos con alguien que iba a entender lo que estamos haciendo como urbanos y no como regional; ellos lo supieron entender y nosotros los entendimos. Ahora me dicen que estoy loco y que me quieren por eso. Me dicen ‘nunca pensamos que nos íbamos a enamorar de un loco’ y les digo ‘prefiero estar mil veces loco que pendejo’ (risas)”.
“Estoy firmando puertorriqueños y nos estamos expandiendo. Hay bastante gente cantando música regional urbana y cantando corridos en Colombia, en Puerto Rico. Estamos colaborando con mucha gente, hicimos un corrido con Ñengo Flow, y te voy a dar la noticia: acabamos de hacer un corrido con Ozuna, Natanael Cano y Ovi, ¿quién puede pensar que Ozuna entre con los muchachos? Estamos felices. Es una cosa de que un Natanael Cano ya puede ir y tener una conversación con Ozuna, con Anuel, con Bad Bunny, o con Ñengo Flow, porque están viviendo la misma cultura. Aunque la nuestra es música regional, también es urbana”, concluye Jimmy.
El regional urbano, los corridos y el trap tumbado pueden tener detractores, pero como mexicana me enorgullece saber que hay un sello discográfico apostándole a un joven de 19 años que pone en alto el nombre de una música que fue (y sigue siendo) marginada/criminalizada incluso por los mismos mexicanos. Si los corridos tumbados son la música que le habla a las generaciones mexicanas-chicanas presentes y futuras, quiero escuchar lo que tienen que decir.
Natanael Cano, Jimmy Humilde y Rancho Humilde están en Instagram.