El Gobierno de Javier Milei dijo que buscará reestructurar la Casa de la Moneda argentina, ahora que ya no imprimirá billetes.


Javier Milei anunció que va a reestructurar las funciones de la Casa de la Moneda argentina. (Bloomberg y Shutterstock)

En lo que definió como el golpe final contra la inflación en Argentina, el gobierno de Javier Milei disolvió la empresa estatal dedicada a la impresión de billetes y anunció una reestructuración en las funciones de la Casa de la Moneda.

El portavoz de la presidencia, Manuel Adorni, confirmó el jueves el cierre de la Compañía de Valores Sudamericana, que en las últimas cuatro décadas, primero como empresa privada y luego estatizada, monopolizó la fabricación de billetes y la impresión de documentos oficiales bajo el control de la Casa de la Moneda.

En la Argentina, que ya no imprime billetes para financiar a la política, la verdad es que poco sentido tiene seguir con este absoluto despilfarro para mantener una estructura al servicio de, como lo llamamos nosotros, los degenerados fiscales”, dijo el funcionario.

Milei, un economista ultraliberal que asumió en diciembre del año pasado, considera que la inflación que flagela al país sudamericano desde hace décadas tiene como principal causa la emisión de dinero para solventar los gastos del Estado por encima de lo que recauda.

Desde el 25.5 por ciento en el último mes de 2023, la inflación se ha desacelerado hasta 4.2 por ciento en agosto.

Ya sin la responsabilidad de imprimir billetes, la Casa de la Moneda será reestructurada. “Es el último clavo en el ataúd de la inflación”, sentenció Adorni.

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El portavoz no detalló qué funciones tendrá el organismo, que arrastra una deuda de 371 millones de dólares y cuenta con una planta de 1.300 empleados.

La Compañía de Valores Sudamericana es el nombre que adoptó la empresa Ciccone Calcográfica cuando pasó a manos del Estado por una ley del Congreso, en 2012, en medio de un escándalo de corrupción que involucró al entonces vicepresidente Amado Boudou.

La justicia determinó que el funcionario, a través de un testaferro, quiso adquirir la compañía de impresión de billetes que se había declarado en quiebra. Boudou fue el primer vicepresidente en la historia de Argentina condenado por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública.